
Un viento helado azotaba mi rostro. Allá a lo lejos, me habían dicho, en los días despejados se descubre Rusia. Estaba en Alaska, en la tierra salvaje donde los osos “Grizzly” alimentan a sus crías con salmón. Mi compadre Sergio Estrella Sau me enseñaba cómo lanzar el anzuelo sobre ríos caudalosos, mientras los ojos asiáticos de los esquimales nos observaban. Alaska es el estado más extenso de los Estados Unidos—tres veces más grande que España— pero a la vez el más deshabitado: su población es un poco mayor que la mitad de la ciudad de Hermosillo.
El Salmón Rojo: un bocado de cardenal
El salmón es uno de los trofeos más apreciados por los pescadores, por dos razones: porque da una fiera pelea al deportista, y porque el sabor de su carne es una caricia para el paladar. Sin aspirar a la exquisitez del sibarita, es el pescado que más me gusta. Disfruté —lo debo admitir—de las habilidades de un chef sonorense, quien durante siete días preparó de una manera diferente el salmón. No es de extrañar que el habilidoso cocinero sea además el dueño en Hermosillo del Restaurant
Maximiliano. En Alaska hay una gran variedad de salmones: el que pescamos es la variedad “Sock eye”, un salmón que como los de su especie, nace en los ríos e inicia su
aventura sobre el océano adaptándose al agua salada en donde su cuerpo de color rojo se torna azul. Después de su odisea marina, y como uno más de los misterios de la naturaleza, el salmón con su sistema “GPS”, regresa al lugar de su nacimiento para desovar y después, morir exhausto.
Los esquimales de Alaska
Los esquimales son seres de baja estatura: apenas 1.60 de altura, tronco muy grueso y extremidades muy cortas. Este pueblo nómada que vive en las regiones árticas del continente, se dedica exclusivamente a la pesca y la caza. Los observé detenidamente durante un día de verano en el que el sol brilla las 24 horas. Ellos me veían de reojo, sin dejar de realizar sus labores: limpiaban salmón, alimentaban a sus perros y con recelo cuidaban a sus mujeres. Son polígamos.
Truchas en Sonora
La trucha es un pez de la familia de los salmones. Un grupo de sonorenses se dio a la tarea de criar trucha “arcoíris” en lo más alto de la sierra de nuestro estado: Mesa de tres ríos.
La Sociedad Piscícola Fama, la integran Nora Fimbres Burgos, Karina Martínez Fimbres, Griselda Rodríguez S., Francisco Figueroa M., y como asesor el experimentado Abelardo Figueroa Mendívil. La marca es Tasty Trucha y, como su nombre lo indica, es una deliciosa trucha —mmm—, que usted puede disfrutar ya, a tan sólo media cuadra del Centro de Gobierno, por la calle Alfonso
Durazo No 6, en Villa de Seris. Usted solamente hable y pida sus truchas, preparadas con una excelente sazón. Le doy el teléfono: 254 2897. ¡Suerte para este grupo de entusiastas emprendedores sonorenses!

en el semanario Primera Plana el artículo de esta semana
No hay comentarios:
Publicar un comentario